Cómo aquietar la mente y alejar los pensamientos Incorrectos (negativos) con NERAEMI.
Es fundamental tomar distancia de las situaciones para poder verlas de forma objetiva y así despejar nuestra mente. Procura relajarte y aprender a valorar las cosas en su justa medida
Quizás alguna vez te ha sucedido que, a pesar de haber estar muy cansado, al acostarte y relajar tu cuerpo la mente continuaba tan activa que dormir se volvía imposible.
Muchas veces los estímulos a los que estamos expuestos durante el día, las pantallas, las luces, los mensajes, las llamadas, el estudio, el trabajo o la familia nos dejan pensativos durante la noche e impiden que conciliemos el sueño. En los mejores casos, esos momentos de quietud son muy creativos y hacen surgir ideas para las cuales siempre es recomendable contar con un anotador al lado de la almohada.
Sin embargo, en otros casos, los pensamientos que nos invaden de manera automática y recurrente no son exactamente aquellos que nos relajan, sino los que más nos distraen o molestan. Aquí es donde aparecen las obsesiones, que son esas ideas, pensamientos o imágenes persistentes que percibimos como involuntarios y sin sentido.
¡Pero no todo es una obsesión! Todos pensamos, a veces con insistencia y frecuencia. Pero los casos más graves son aquellos que realmente impiden el normal desarrollo de la vida diaria, molestando intensamente a la persona. En estos casos, la atención psicológica puede ser necesaria.
En algún momento, casi todos necesitamos detener la mente y aquietar los pensamientos, no porque éstos sean necesariamente negativos, sino porque su fluir por momentos puede volverse tan intenso que nos impide relajarnos para dormir.
En este sentido, debes saber que el pensamiento es en sí mismo una creación, y que puedes ejercitar la manera de limitarlo o bien de buscar ideas alternativas que te llenen de optimismo. En esta nota podrás aprender algunas técnicas muy sencillas para que los pensamientos de más no te perturben.
Aun así, si sientes que hay algún tema o problema que está constantemente en tu mente generándote malestar, quizá haya un sentido por detrás que está insistiendo y podría ser útil dialogar con un analista para trabajar sobre él.
Pon tu propio límite
Registra durante un día los pensamientos que más te inquietan. Luego, trae a tu mente una situación que asocies con esos pensamientos. Ahora, cuando aparezcan estos pensamientos, utiliza un “stop” que puede ser una palabra, un sonido o una música que te permita imaginar un límite en ese discurrir para crear un corte y volver a recuperar la armonía.
Distracciones
Si no puedes detener tus pensamientos, prueba leyendo un poco, o mirando una película o capítulo de tu serie favorita. Cambiar el foco de atención te servirá, más aun si despierta tu risa, tranquilidad y curiosidad. Si en el primer momento no puedes concentrarte en tu nuevo entretenimiento o tarea, insiste un poco. Al principio no tendrás ganas, pero te sentirás mucho mejor luego de tener la mente en otra parte por un rato.
Tiempo limitado
Algunas personas recomiendan como una solución a los pensamientos excesivos, marcar un límite preciso. Si le destinas una porción determinada de tiempo a pensar en lo que te preocupa, posiblemente lo sientas forzado y no le encuentres tanto sentido. Entonces, ¿para qué seguir dedicándole tu energía a esos pensamientos?
¡Crea!
Dibujar, pintar, tocar o escuchar música, escribir o cantar son actividades artísticas que tienen la capacidad de poner sobre relieve las sensaciones corporales y dejar en segundo plano los pensamientos racionales. Deja libre tu imaginación y expresa lo que piensas como si se tratara de una pantalla que observas desde lejos. Posiblemente, eso también te ayude a mirarlos desde otro ángulo y comprender a qué está asociado eso que tanto te molesta.
Respira
Dentro de las técnicas para mantener tu cuerpo y mente en equilibrio, concentrarte en la respiración te ayudará a aquietar la mente y tomar contacto con un registro interno más preciso y detallado. Si lo haces con una música tranquila de fondo y en un sitio cómodo de tu casa, esto te ayudará aún más. No necesitas mucho tiempo, con solo cinco minutos podrás cambiar la energía y volver a recuperar la serenidad.
Para hacerlo, cierra tus ojos y respira profundamente, sintiendo como el pecho sube y se expande, para luego bajar y cerrarse sobre tus costillas. Percibe cómo cada parte de tu cuerpo se va relajando cada vez más. Al inhalar lleva el aire mentalmente hacia la zona que sientas más tensionada y, al exhalar, expúlsalo sintiendo cómo esa molestia va cediendo. Si los pensamientos llegan a tu mente, debes visualizarlos, pero dejarlos pasar, sin detenerte en ninguno de ellos ni juzgarte por nada.
Recorre mentalmente cada parte de tu cuerpo e intenta ahora recrear en tu imaginación una situación agradable. Mírate a ti mismo allí. Continúa respirando, visualizando y registrando cada sensación hasta que tu respiración se haya calmado. Vuelve de a poco moviendo lentamente tus manos y pies, como si recién volvieras de un sueño profundo, hasta abrir los ojos y reconocer el sitio en el que te encuentras.
¡Muévete!
Mover el cuerpo es una de las actividades que más distraen y relajan la mente, concentrándote en el movimiento, y dejando los pensamientos a un lado. Practicar yoga, andar en bicicleta o caminar, además de beneficiar tu salud, te ayudará a sumar energía y bienestar que seguramente hará que veas de diferente modo lo que tanto te molestaba.
En ocasiones nos tenemos que enfrentar a tantas dificultades que es difícil evitar esos pensamientos negativos que nos hunden.
El estrés del trabajo, las crisis de pareja y las bajas financieras son algunos de los factores que nos pueden saturar a nivel psicológico, a tal punto de generarnos una depresión.
El agravante de todo es que casi nunca le prestamos la atención suficiente y nos preocupamos por cumplir nuestras labores sin dedicarle tiempo a lo sentimental.
Sin embargo, como no somos máquinas ni estamos hechos de piedra, llega un momento en el que todo sale a flote y tenemos reacciones perjudiciales.
Por todas estas cosas, es primordial empezar a buscar la manera de armonizar nuestra mente y los sentimientos que nos invaden.
Si bien al principio no suele ser fácil, se debe procurar mejorar la actitud y hacer todo lo posible por evitar que pasen a ser un problema más grave.
Para esto, hoy queremos compartir una serie de consejos que puedes practicar siempre que te sientas abrumado o en una situación complicada.
¿Quieres conocerlos?
1. Trata de vaciar la mente por un minuto
Cuando estás pensando en muchas cosas al mismo tiempo y saturas la mente con todos los problemas que tienes para solucionar es muy difícil llegar a controlar la negatividad.
Como este tipo de cosas suelen ser un poco inevitables, trata de dedicar un minuto de tu tiempo a la reflexión y la oración - meditación.
En esos 60 segundos pulsarás tu botón de reinicio y tratarás de vaciar la mente para empezar desde cero.
Con esta terapia conseguirás ser más claro con lo que piensas y seguramente encontrarás antes la calma.
2. Deja de quejarte
En ocasiones la falta de optimismo es el resultado de la mala forma de ver las cosas. Si te pones a pensar cómo estás percibiendo lo que te pasa, quizá puedas encontrar el origen de tu estrés y depresión.
Con este nos refiero a que, en lugar de andarte quejando, puedes asumirlo como un reto y buscar los medios para darle un buen desenlace.
Es normal tener que pasar por momentos amargos y difíciles; sin embargo, una simple actitud puede ser el paso más grande al cambio.
3. Exprésate con creatividad
Si te atreves a explorar las emociones que sientes a través de la creatividad, vas a encontrar una de las mejores terapias para despejar tu mente y armonizarte.
Hacer un dibujo, escribir, pintar o hacer otro tipo de actividad creativa te permitirá desahogarte de una forma distinta y tranquila.
Aunque a veces olvidamos lo placentero que puede llegar a ser, la creatividad siempre está ahí para proporcionarnos bienestar.
Con su práctica procesas las emociones, rompes la rutina y tienes la posibilidad de entender y controlar las situaciones que estás atravesando.
4. Haz un listado de las cosas que valen la pena
¿Estás tan hundido que olvidaste las cosas que te motivan? En ocasiones, por la rutina y el estrés, perdemos el rumbo de lo que en realidad nos gusta y hacemos a un lado las cosas que nos sientan bien.
Esto, en verdad, es una mala costumbre, ya que nos impide disfrutar de las cosas agradables que se nos presentan cada día.
Debes tratar de entrenar tu mente para que se concentre en todas las cosas buenas que suceden en su alrededor.
Prepara un listado con esas cosas, trata de ser más agradecido y nota que hay grandeza en cada una de ellas.
Muchas veces a la felicidad está justo delante de nosotros y pese a esto no lo podemos notar.
5. Haz una caminata al aire libre
Los pensamientos habitan en nuestra mente y esto impide definir con claridad cuál es su verdadero origen.
Aunque a veces es fácil identificarlo, en otros casos no nos damos cuenta de que se deben al entorno al que estamos sometidos.
Las personas tóxicas y los ambientes demasiado pesados son cosas de las que debemos procurar alejarnos tanto como sea posible.
Para hacerlo de forma rápida y tranquila, trata de dar un paseo al aire libre, ya sea en un parque o por el campo.
En el tiempo que alejas esas influencias negativas tendrás la oportunidad de desintoxicar tu mente y lograr la serenidad.
Sigue estas simples recomendaciones y no dejes que las cosas negativas tomen el control de tu vida.
Respira, busca técnicas de relajación y dedícate tiempo para aliviar esas cargas que trata de ponerte la vida.
¿Cómo aquietar la mente y los pensamientos?
Piensen continuamente "¿Quién soy yo?" y ese pensamiento destruirá a todos los demás.
Cuando surjan pensamientos, no hay que perseguirlos, sino preguntarse "¿de dónde surgen? No importa cuántos pensamientos aparezcan. En la medida en que lo vayan haciendo, hay que indagar: "¿A quién le surge este pensamiento?".
La respuesta que aparecerá será "A mi".
Por consiguiente, si uno se pregunta "¿Quién soy yo?", la mente se remontará a su origen y el pensamiento que surgió se aquietará.
Mediante una práctica repetida de esta manera, la mente desarrollará la habilidad de permanecer en su origen.
Aparte de la indagación, no existen otros medios adecuados.
Si se busca controlar la mente a través de otros medios, parecerá que está controlada pero se manifestará de nuevo.
También por medio del control de la respiración, la mente se tranquilizará, pero sólo mientras dure este control, y cuando reanude la respiración, la mente también comenzará de nuevo a agitarse y a vagar impulsada por las impresiones residuales.
El origen de la mente y la respiración es el mismo.
El pensamiento, indudablemente, es la naturaleza de la mente.
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