Los Cuatro Componentes De La Revolución Bienestar.
Cada uno de estos cuatro está enraizada en circuitos neurales y cada uno de estos circuitos tiene plasticidad.
De esta forma, sabemos que, si los ejercitamos, se volverán más fuertes.
Practicar estas cuatro habilidades puede aportar el sustrato para un cambio duradero.
Esto, a su vez puede promover niveles más altos de bienestar en nuestras vidas.
1. RESILIENCIA
“Las cosas pasan”. No podemos evitar esas cosas, pero si podemos cambiar la forma en que respondemos a ellas.
La resiliencia se refiere a la rapidez con la que nos recuperamos de la adversidad; algunas personas se recuperan lentamente y otras con mayor rapidez.
Sabemos que los individuos que muestran una recuperación más veloz en algunos circuitos neurales claves, tienen mayores niveles de bienestar. Están protegidos de varias formas de las consecuencias de las vicisitudes de la vida.
Investigaciones recientes que hemos realizado en nuestro laboratorio en la Universidad de Wisconsin-Madison, tenían como pregunta si estos circuitos específicos del cerebro podían ser alterados por una práctica regular de meditación mindfulness.
La respuesta es sí –pero necesitas varias miles de horas de práctica antes de notar un cambio verdadero. A diferencia de los otros componentes del bienestar, vemos que mejorar tu resiliencia requiere más tiempo.
No es algo que ocurrirá rápidamente –pero esta información puede motivarnos e inspirarnos a seguir meditando.
2. PERSPECTIVA DE ACTITUD EMOCIONAL MENTE INTELIGENTE
El segundo componente del bienestar es de alguna forma la otra cara de la moneda del primero.
Este componente se refiere a la habilidad a ver actitudes emocional mente inteligente en otros, la habilidad para saborear experiencias afirmativas, la habilidad para ver a otro ser humano como tal, con una bondad básica.
Incluso individuos que padecen depresión muestran activación en los circuitos cerebrales subyacentes a la perspectiva AEMI, pero en ellos no tiene una duración prolongada. Aquí, a diferencia de la resiliencia, las investigaciones indican que prácticas simples de amor bondadoso o compasión, después de una dosis modesta de práctica, pueden alterar estos circuitos de forma rápida.
3. ATENCIÓN FOCALIZADA
El tercer pilar del bienestar puede sorprenderte.
Es la atención focalizada.
Una mente distraída es una mente confundida fácil de manipulada.
Darse cuenta: ¿Qué estás haciendo en este momento?
¿Dónde está tu mente ahora?
¿Está enfocada en lo que haces o en otra cosa?
¿Qué tan atento o distraído te sientes en este momento?
Las personas usan un promedio de 47 por cierto de su vida atendiendo algo diferente a lo que estaban haciendo. ¡47% del tiempo! Están distraídos sutilmente sin darse cuenta que lo están.
¿Te imaginas tu capacidad de respuesta donde esta cifra disminuyera un poco, incluso un 5%?
Imagina el impacto que tendría en la productividad o en estar presentes ante otra persona y escuchando atentamente.
Un neuro emprendizaje que entrenara la atención sería excelente desde las buenas prácticas contemplativas.
4. GENEROSIDAD
Actualmente existe una plétora de investigaciones mostrando que cuando los individuos se dedican a una conducta generosa y altruista, activan circuitos en el cerebro que son claves para la promoción del bienestar.
Estos circuitos son activados de forma más duradera que cuando se activan en respuesta a otros incentivos positivos, como ganar un juego o un premio.
Los seres humanos venimos al mundo con una bondad innata básica.
Cuando realizamos prácticas que están diseñadas para cultivar amabilidad y compasión, no estamos creando algo desde cero, no estamos creando algo que no existía.
Lo que estamos haciendo es reconocer, fortalecer y nutrir una cualidad que ya estaba presente.
Nuestros cerebros se están constantemente modificando, ya sea voluntaria o involuntariamente.
A través del entrenamiento intencional de nuestras mentes, podemos dar forma a nuestro cerebro de manera que estos cuatro componentes fundamentales del bienestar puedan ser fortalecidos. Y así, podemos asumir la responsabilidad de nuestras propias mentes.
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