Dos de nuestras capacidades más singulares como seres humanos son que poseemos las aptitudes de autorreflexión y libre albedrío. Esto significa que tenemos la capacidad de mirar dónde estamos, dónde hemos estado, y decidir a dónde queremos ir. Mientras que esto suena ciertamente fácil, el truco es que si no confías en que el cambio de tus pensamientos, comportamientos, creencias y acciones producirá un cambio, entonces nada en tu vida cambiará. ¿Por qué? Porque esta falta de confianza significa que estás anticipando la misma experiencia, y esa anticipación crea la misma emoción.
Si el libre albedrío y la autorreflexión son algunos de los aspectos más elevados de nuestra humanidad -aspectos que nos llevan a la plenitud y a nuestra grandeza-, lo contrario de esas cualidades es el hecho de que, tanto si nuestras vidas son grandes como si se están desmoronando, siempre parece que encontramos razones para ser infelices. Puedes consolarte en el hecho de que no eres sólo tú, sino que es el resultado de los genes de supervivencia en juego, cuyo propósito es anticipar el peor resultado para que tengamos una mejor oportunidad de sobrevivir.
Muchas personas en este trabajo se frustran, se juzgan a sí mismos, tienen celos de las experiencias de otras personas, o temen que el trabajo que están haciendo no funcione. Esto no es necesariamente algo malo, porque cuando ves este lado de ti mismo, te das cuenta de que no es tu verdadero yo, lo que significa que has llevado la conciencia al inconsciente. El problema es que cuando estás en estos estados de ser, sólo puedes percibir cosas iguales a la emoción que estás experimentando.
Muchas personas en este trabajo se frustran, se juzgan a sí mismos, tienen celos de las experiencias de otras personas, o temen que el trabajo que están haciendo no funcione. Esto no es necesariamente algo malo, porque cuando ves este lado de ti mismo, te das cuenta de que no es tu verdadero yo, lo que significa que has llevado la conciencia al inconsciente. El problema es que cuando estás en estos estados de ser, sólo puedes percibir cosas iguales a la emoción que estás experimentando.
Estos sentimientos se convierten en una espiral descendente. Este es el programa del que hablamos a menudo, pero pocos de nosotros realmente poseemos la capacidad de detenerlo.
Cuando empieces a hacer cambios para ti mismo y a hacer cosas buenas por ti, tomarás más de las mismas decisiones. Es este proceso de permanecer consciente lo que hace toda la diferencia. Incluso si tienes que excusarte de una situación por un minuto o dos cuando empiezas a estar inconsciente. Estos simples pasos pueden cambiar el curso de una conversación, una situación, tu salud... o incluso tu vida. ¿Estás listo para dar estos 3 pasos?
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