森林 浴 - SHINRIN-YOKU - BAÑO DEL BOSQUE
Terapia con FITONCIDA son compuestos orgánicos volátiles sustancia aleloquémicos antimicrobianos derivados de plantas o liberada por árboles.
Los beneficios fisiológicos son evidentes, Es una práctica que busca la oxigenación neuro cerebral, estimula el sistema inmunológico, equilibra la tensión/presión arterial, disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mejorar la concentración y la memoria, incluso varias horas después de la exposición, poniéndonos en contacto con la naturaleza, experimentado el caminar descalzo y lentamente sobre la hierba, tocar los árboles, escuchando el canto de los pájaros, y del caudal del río o sentarnos a la orilla de un arroyo, cultivando atención focalizada en las sensaciones que surgen en el cuerpo, con cada paso que damos, en una conexión sensorial para centrarnos solo en nuestros sentidos. También conectamos con los otros sentidos, mirar el cielo, disfrutando del olor a la tierra, del olor de la naturaleza, escuchando su canto en el silencio.
Sentimos con cada poro de nuestro cuerpo esa experiencia que nos regala el estar sumergidos por unos días entre los bosques y las cumbres de las montañas que nos rodean.
Redescubrirse a sí mismo a través del poder sanador de la naturaleza
Yoku (浴) significa exponer a, Baño de acción de bańarse, y Shinrin"(森林) significa bosque, de ahí el nombre "Shinrin-Yoku (森林浴) Baño de bosque. Esta práctica, que consiste en sumergirse en la naturaleza con los cinco sentidos.
Las sesiones consisten en unas horas de senderismo o paseo relajado por el bosque, con ejercicios de respiración dirigidos por guías de baño del bosque. Promueve la comunicación con la naturaleza a través de los cinco sentidos.
Los estudios neuro científicos realizados hasta la fecha avalan los beneficios la terapia de Baño del Bosque como técnicas avanzadas de neurobiología, confirman que pasear o simplemente estar en un bosque disminuye la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro donde residen las funciones cognitivas y ejecutivas como planificar, resolver problemas y tomar decisiones. En cambio, la actividad se desplaza a otras partes del cerebro relacionadas con la emoción, el placer y la empatía. “Por eso sabe mejor la comida en el campo” alimentarse con vida del bosque.
El inmunólogo Qing Li, de la Escuela de Medicina de Tokio, ha demostrado que un paseo por un bosque aumenta significativamente la concentración de células NK (del inglés natural killer) en sangre, un tipo de glóbulo blanco que contribuye a la lucha contra las infecciones y contra el cáncer. El efecto beneficioso del paseo del bosque, aumentando los linfocitos NK y las proteínas anti-cáncer, puede durar hasta una semana. Según Li, los compuestos volátiles emitidos por los árboles son los principales responsables de este efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario. Se han realizado experimentos con diversos compuestos aromáticos naturales, como pinenos, limonenos, cedrol o isoprenos; algunos de ellos con conocidos por su efecto antimicrobiano y supresor de tumores.
En general, a estos compuestos volátiles que las plantas producen como defensa se les llama “fitoncidas”, y son usados en aromaterapia y medicina Integral.
Cada año entre 2,5 y 5 millones de personas, afectados por el estrés, la hipertensión y la ansiedad de la vida urbana moderna, acuden a las sesiones de “Baño del Bosque”
Estos han demostrado que la exposición a la naturaleza afecta positivamente sobre efectos neuropsicológicos a través de cambios en el sistema nervioso. Además, el nivel del suero de hormona adiponectina también aumentó. Cuando esta hormona está presente en concentraciones bajas, provoca una relación directa y está enlazado con patologías como: obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, y síndrome metabólico, entre otros desórdenes.
Todos los estudios que se han realizado demuestran reducciones en la tensión, la ira, la ansiedad, la depresión y el insomnio entre las personas que han participado en ellos.
Ya se está usando Yoku en muchos contextos; kaisui-yoku (baño de mar), nikkou-yoku (tomar el sol)
La idea de «bañarse» no significa literalmente meterse en un lago o arroyo en medio de un bosque, sino más bien que te sumerjas en la naturaleza del bosque con sus árboles, arbustos, musgos, aromas y sonidos. Aquí, el camino es la meta.
Puedes bañarte en el bosque tú solo, con otra persona, con tus hijos o incluso con un grupo de personas.
Saber más sobre el bosque Un día en el bosque: aumento en un 40% de las células asesinas naturales, es decir, de aquellas células que detectan y eliminan virus, bacterias e incluso células potencialmente tumorales en nuestro sistema inmunitario. Dos días en el bosque: aumento en más de un 50%. Pasar un día en el bosque implica que la cantidad de células asesinas naturales siga elevada durante siete días, pasar dos o tres días en el bosque supone niveles elevados hasta durante treinta días, y esto sin tener que volver al bosque. El rendimiento también aumenta en más de un 50% y se mantiene elevado durante treinta días después de una estancia de dos días en el bosque. (Fuente [en inglés]: www.infom.org/paperandbooks/).
Cuando nos sumergimos en el bosque, este sistema comunicativo de defensa de las plantas entra en contacto con nuestro sistema inmunitario. Nada más pisar el bosque, una cantidad infinita de sustancias bioactivas nos inunda. Absorbemos especialmente los terpenos, debido a que son gaseosos, en parte a través de la piel, pero sobre todo a través de los pulmones al inhalar. Nuestro sistema inmunitario sabe descifrar la gran mayoría de las sustancias bioactivas, con lo que el aire del bosque aumenta y activa las defensas que produce nuestro cuerpo. Pero las plantas no solo se comunican a través del aire sino también bajo tierra. En la llamada rizoesfera (del griego rhiza, raíz) también se liberan cientos de sustancias químicas. Mediante esta red de raíces, las plantas intercambian nutrientes y alertan a las plantas adyacentes de sequías inminentes.
Cuando te bañas en el bosque, entras a formar parte de este sistema de comunicación asombroso, tan solo tienes que abrir tus sentidos y dejarte llevar por tus sensaciones.
Bañarse en el bosque significa abrir los sentidos
Nuestros sentidos nos abren una puerta al mundo. Vista, gusto, oído, olfato y tacto: todos los estímulos que recibimos a través de los sentidos tienen un impacto duradero en nuestra calidad de vida. A través de ellos experimentamos, evaluamos y moldeamos todo lo que nos rodea y a nosotros mismos. Cuanto más se agudizan nuestros sentidos, más intensa y clara es nuestra forma de percibir el mundo y todo lo que sucede en él. Además, cada impulso amplía nuestro horizonte y nos enseña, nos lleva a pensamientos nuevos y nos ayuda a seguir desarrollándonos. Si descuidamos alguno de los sentidos, este no florece y termina marchitándose. Esto puede llevar a que nuestra percepción se empobrezca, lo que también convierte nuestra vida en menos rica. Y eso que cada uno de los cinco sentidos tiene la misma importancia y es testigo de nuestra vivacidad. Empleamos nuestros sentidos continuamente sin ser conscientes de ellos.
Nuestro cerebro colecciona y procesa la información que recibimos a través de los sentidos, es decir, de nuestra percepción, y la compara con las experiencias acumuladas anteriormente. Así que nuestra percepción es siempre una combinación de impulsos captados en el momento e información ya procesada. Quizá te suena: a veces ves algo que con una segunda mirada resulta ser completamente distinto a lo que viste en un primer momento. Eso significa que nuestro cerebro puede sacar conclusiones equivocadas de las distintas impresiones que recibe; sin embargo, es la única manera de procesar los miles de estímulos diarios sin volverse loco. Si afinas tus sentidos, algo que puedes hacer de la misma manera que ejercitas tu memoria o tus músculos, te será más fácil filtrar y evaluar los distintos impulsos y separar la información relevante de la irrelevante. Una mejor percepción hace tu vida y tus experiencias más profundas y te vuelve más sensible. Eso puede suponer una ventaja importante en tu día a día y, consecuentemente, mejorar tu calidad de vida. Sin embargo, es decisivo que percibas tu entorno y a las personas que te rodean de manera atenta y consciente, lo que sólo es posible si dejas de lado cualquier distracción, dentro de lo que cabe. Cuando te sumerges en el bosque, estás rodeado por un entorno tranquilo y sin estímulos: es el lugar de entrenamiento perfecto para afinar tus sentidos.
Redescubrirse a sí mismo a través del poder sanador de la naturaleza
Yoku (浴) significa exponer a, Baño de acción de bańarse, y Shinrin"(森林) significa bosque, de ahí el nombre "Shinrin-Yoku (森林浴) Baño de bosque. Esta práctica, que consiste en sumergirse en la naturaleza con los cinco sentidos.
Las sesiones consisten en unas horas de senderismo o paseo relajado por el bosque, con ejercicios de respiración dirigidos por guías de baño del bosque. Promueve la comunicación con la naturaleza a través de los cinco sentidos.
Los estudios neuro científicos realizados hasta la fecha avalan los beneficios la terapia de Baño del Bosque como técnicas avanzadas de neurobiología, confirman que pasear o simplemente estar en un bosque disminuye la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro donde residen las funciones cognitivas y ejecutivas como planificar, resolver problemas y tomar decisiones. En cambio, la actividad se desplaza a otras partes del cerebro relacionadas con la emoción, el placer y la empatía. “Por eso sabe mejor la comida en el campo” alimentarse con vida del bosque.
El inmunólogo Qing Li, de la Escuela de Medicina de Tokio, ha demostrado que un paseo por un bosque aumenta significativamente la concentración de células NK (del inglés natural killer) en sangre, un tipo de glóbulo blanco que contribuye a la lucha contra las infecciones y contra el cáncer. El efecto beneficioso del paseo del bosque, aumentando los linfocitos NK y las proteínas anti-cáncer, puede durar hasta una semana. Según Li, los compuestos volátiles emitidos por los árboles son los principales responsables de este efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario. Se han realizado experimentos con diversos compuestos aromáticos naturales, como pinenos, limonenos, cedrol o isoprenos; algunos de ellos con conocidos por su efecto antimicrobiano y supresor de tumores.
En general, a estos compuestos volátiles que las plantas producen como defensa se les llama “fitoncidas”, y son usados en aromaterapia y medicina Integral.
Cada año entre 2,5 y 5 millones de personas, afectados por el estrés, la hipertensión y la ansiedad de la vida urbana moderna, acuden a las sesiones de “Baño del Bosque”
Estos han demostrado que la exposición a la naturaleza afecta positivamente sobre efectos neuropsicológicos a través de cambios en el sistema nervioso. Además, el nivel del suero de hormona adiponectina también aumentó. Cuando esta hormona está presente en concentraciones bajas, provoca una relación directa y está enlazado con patologías como: obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, y síndrome metabólico, entre otros desórdenes.
Todos los estudios que se han realizado demuestran reducciones en la tensión, la ira, la ansiedad, la depresión y el insomnio entre las personas que han participado en ellos.
Ya se está usando Yoku en muchos contextos; kaisui-yoku (baño de mar), nikkou-yoku (tomar el sol)
La idea de «bañarse» no significa literalmente meterse en un lago o arroyo en medio de un bosque, sino más bien que te sumerjas en la naturaleza del bosque con sus árboles, arbustos, musgos, aromas y sonidos. Aquí, el camino es la meta.
Puedes bañarte en el bosque tú solo, con otra persona, con tus hijos o incluso con un grupo de personas.
Saber más sobre el bosque Un día en el bosque: aumento en un 40% de las células asesinas naturales, es decir, de aquellas células que detectan y eliminan virus, bacterias e incluso células potencialmente tumorales en nuestro sistema inmunitario. Dos días en el bosque: aumento en más de un 50%. Pasar un día en el bosque implica que la cantidad de células asesinas naturales siga elevada durante siete días, pasar dos o tres días en el bosque supone niveles elevados hasta durante treinta días, y esto sin tener que volver al bosque. El rendimiento también aumenta en más de un 50% y se mantiene elevado durante treinta días después de una estancia de dos días en el bosque. (Fuente [en inglés]: www.infom.org/paperandbooks/).
Cuando nos sumergimos en el bosque, este sistema comunicativo de defensa de las plantas entra en contacto con nuestro sistema inmunitario. Nada más pisar el bosque, una cantidad infinita de sustancias bioactivas nos inunda. Absorbemos especialmente los terpenos, debido a que son gaseosos, en parte a través de la piel, pero sobre todo a través de los pulmones al inhalar. Nuestro sistema inmunitario sabe descifrar la gran mayoría de las sustancias bioactivas, con lo que el aire del bosque aumenta y activa las defensas que produce nuestro cuerpo. Pero las plantas no solo se comunican a través del aire sino también bajo tierra. En la llamada rizoesfera (del griego rhiza, raíz) también se liberan cientos de sustancias químicas. Mediante esta red de raíces, las plantas intercambian nutrientes y alertan a las plantas adyacentes de sequías inminentes.
Cuando te bañas en el bosque, entras a formar parte de este sistema de comunicación asombroso, tan solo tienes que abrir tus sentidos y dejarte llevar por tus sensaciones.
Bañarse en el bosque significa abrir los sentidos
Nuestros sentidos nos abren una puerta al mundo. Vista, gusto, oído, olfato y tacto: todos los estímulos que recibimos a través de los sentidos tienen un impacto duradero en nuestra calidad de vida. A través de ellos experimentamos, evaluamos y moldeamos todo lo que nos rodea y a nosotros mismos. Cuanto más se agudizan nuestros sentidos, más intensa y clara es nuestra forma de percibir el mundo y todo lo que sucede en él. Además, cada impulso amplía nuestro horizonte y nos enseña, nos lleva a pensamientos nuevos y nos ayuda a seguir desarrollándonos. Si descuidamos alguno de los sentidos, este no florece y termina marchitándose. Esto puede llevar a que nuestra percepción se empobrezca, lo que también convierte nuestra vida en menos rica. Y eso que cada uno de los cinco sentidos tiene la misma importancia y es testigo de nuestra vivacidad. Empleamos nuestros sentidos continuamente sin ser conscientes de ellos.
Nuestro cerebro colecciona y procesa la información que recibimos a través de los sentidos, es decir, de nuestra percepción, y la compara con las experiencias acumuladas anteriormente. Así que nuestra percepción es siempre una combinación de impulsos captados en el momento e información ya procesada. Quizá te suena: a veces ves algo que con una segunda mirada resulta ser completamente distinto a lo que viste en un primer momento. Eso significa que nuestro cerebro puede sacar conclusiones equivocadas de las distintas impresiones que recibe; sin embargo, es la única manera de procesar los miles de estímulos diarios sin volverse loco. Si afinas tus sentidos, algo que puedes hacer de la misma manera que ejercitas tu memoria o tus músculos, te será más fácil filtrar y evaluar los distintos impulsos y separar la información relevante de la irrelevante. Una mejor percepción hace tu vida y tus experiencias más profundas y te vuelve más sensible. Eso puede suponer una ventaja importante en tu día a día y, consecuentemente, mejorar tu calidad de vida. Sin embargo, es decisivo que percibas tu entorno y a las personas que te rodean de manera atenta y consciente, lo que sólo es posible si dejas de lado cualquier distracción, dentro de lo que cabe. Cuando te sumerges en el bosque, estás rodeado por un entorno tranquilo y sin estímulos: es el lugar de entrenamiento perfecto para afinar tus sentidos.
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