Hay una conexión invisible entre nuestro espíritu, mente, emoción, y nuestro cuerpo.
Es una comunicación que se produce en forma de impulsos nerviosos en el cerebro y reacciones bioquímicas en el cuerpo.
Nuestro cerebro puede traducir nuestros pensamientos y sentimientos en impulsos químicos y eléctricos que se envían a través del cuerpo y causa una reacción bioquímica.
Esta reacción es la Actitud (forma) en que nuestro cuerpo responde a lo que está pasando dentro de nuestra cabeza.
Este proceso ocurre de forma casi instantánea y la respuesta de tu cuerpo (actitud) a menudo es proporcional a la fuerza de tus pensamientos o emociones.
Nuestro estado emocional sea cual sea se manifiesta en nuestro cuerpo (actitud).
Nuestra mente a través de sus procesos de pensamientos, sentimientos, creencias y actitudes pueden afectar positiva o negativamente a nuestra biología.
En definitiva, nuestras mentes pueden afectar la salud de nuestro cuerpo (actitud).
Para la mayoría es fácil encontrar la conexión cuerpo-mente.
Pero ¿cuál es la conexión con el espíritu?
El espíritu es la parte intangible de nuestra vida que nos conecta con algo más grande.
Es la energía que está en cada célula de nuestro cuerpo.
Es la parte que une nuestro intelecto con la inteligencia colectiva o la inteligencia universal que nos conecta a todos.
Lo podríamos describir como la Conexiones divina.
Cada situación que nos pasa la atraemos nosotros de una manera u otra.
Somos los responsables de todo lo que nos pasa y también somos los creadores o directores de nuestra vida.
Es entonces de vital importancia prestar atención a esta conexión espíritu - mente-emoción – cuerpo (actitud).
Siendo conscientes de esto podemos dirigir nuestra vida a un estado de bienestar general en todos los aspectos de nuestra vida e influir en cada momento para lograr los cambios que necesitamos para lograr ese estado deseado.
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